¿Aun no eres Devorador?

sábado, 8 de marzo de 2014

Reseña - La Dama Negra (Lorena Abal Louzán)



SINOPSIS:

Reinventarse tras un divorcio conflictivo es difícil, y más si has de dejar atrás una gran estela de violencia y cicatrices. Pero Emma Alvarado consigue seguir adelante y volver a sentirse viva, mujer, en los brazos de otro hombre: un renombrado fotógrafo de piel negra, hecho que conseguirá atraer de nuevo la atención de su ex pareja sobre ella, desatando una obsesión enfermiza sobre su entorno más próximo, golpeándola donde jamás sospecharía ser dañada. Y ¿qué puedes llegar a sentir cuando descubres que tu marido es un asesino?
Emma se verá empujada por este hecho a un destino incierto, desde las costas de Galicia hasta las selvas más profundas e inhóspitas de Colombia, buscando al hombre que consiguió arrebatárselo todo.
Una conmovedora historia de amor y odio que nos demuestra con claridad terrible los entresijos de la mentalidad humana, y todo aquello de lo que es capaz el hombre… y la mujer’.

LA AUTORA:

Lorena es una maestra pontevedresa, nacida libra en octubre de 1985. Devora libros desde que era una niña y para ella leer es un acto íntimo y personal, jamás la veréis con un libro en la parada del bús o en una cafetería pues necesita silencio y soledad para rendir su particular homenaje a la obra y al autor. A la hora de escribir, sobre todo de noche, aguarda la presencia de hados y musas. Escribe para sí misma y ahora, gracias a la gran acogida de "La Dama Negra" por parte de los lectores, lo hace también para los demás.

MI OPINIÓN:

La verdad es es que la sinopsis y la portada de este libro no me atraían mucho y si hubiera tenido que comprar el libro viéndolo en una librería seguramente no lo hubiera hecho.

Pero cuando llegó a mis manos por vía de la autora debo reconocer que me picó la curiosidad por leerlo. Mi intuición me decía que podía haber mucho más en el contenido que detrás del diseño un tanto soso que le habían proporcionado al libro, y me alegro muchísimo de haber seguido esa intuición porque no me equivoqué en absoluto.

Desde las primeras páginas me metí al cien por cien en el mundo de Emma, con sus crudas circunstancias y tesón para conseguir lo que necesita para sentirse bien consigo misma: Venganza.
El libro toca temas muy delicados y no es apto para públicos demasiado sensibles, tiene mucha acción y mucha rudeza a la hora de describir la violencia de género o las acciones de los guerrilleros colombianos, pero desde luego no deja lugar al aburrimiento en un sólo momento.

Es un libro que yo personalmente describiría como impactante, por los temas de actualidad que toca con toda la crueldad que conllevan, la forma en la que a una mujer víctima violencia de género le pueden llegar a destrozar la vida, la poca humanidad que existe en el mundo del narcotráfico, resumiendo y sin querer adelantar más de la cuenta: La dura supervivencia de los peces en un mundo lleno de tiburones.

Pero lo que realmente me ha dejado boquiabierta es el final, que es totalmente imprevisible y un gran punto a favor de este libro en el que al final todas las piezas encajan, las dudas que puedan surgir a lo largo de la historia se disipan y nada es lo que parece.
En mi opinión una obra maestra merecedora de que sea dada a conocer y difundida para que el máximo de lectores posibles puedan tener el placer de conocer a esta estupenda autora.

¡Mi más sincera enhorabuena por el gran trabajo a Lorena Abal Louzán!

ENTREVISTA CON LA AUTORA:


Para empezar, se me plantean algunas preguntas como por ejemplo cómo surgió la idea de este libro. 

Se me ocurrió la idea de la trama viendo el telediario. Son tantas las mujeres maltratadas por sus parejas en España que la novela nació casi como una necesidad: Emma gritó para que le diese voz.
Empecé a leer informes del Centro Reina Sofía para el estudio de la violencia y se me quedó grabada esta frase: “los agresores suelen matar de cerca y utilizar métodos extremadamente crueles”. Se incluían datos y porcentajes sobre los tipos de agresiones, todos ellos escalofriantes.

Mi preocupación por el tema se intensificó cuando llegó a equipararse el terrorismo de ETA con el machista que asesina a mujeres y niños, de modo que se requirió un gran pacto de Estado.
Supongo que ese fue el detonante, el origen de Emma, y también donde reside gran parte de su fuerza y humanidad. Debo confesar que en ella hay rasgos de mi abuela materna, una mujer que sufrió durante más de cuarenta años la presencia de un marido maltratador. De hecho hay un suceso en la novela basado en ella, algo que ocurrió en la vida real y que me conmocionó siendo niña.

Además soy apelante de la ONG Amnistía Internacional y por ello estoy informada de la situación de los Derechos Humanos en diferentes países, y Colombia siempre ha sido foco de maravillas y perversiones, un lugar exótico que encierra en su corazón un mundo de drogas y secuestros.
Ambas ideas se fusionaron hasta que la novela tomó cuerpo y forma.

Tratas temas muy delicados como la violencia de género, el narcotráfico, incluso en algún momento los campos de trabajo con menores. ¿Cómo te documentaste y cuánto tiempo te costó aproximadamente? 

La ambientación y documentación fue sin duda la parte más difícil. Hace años necesitabas acudir a bibliotecas especializadas y meter la nariz entre docenas de libros para sacar conclusiones claras y específicas, sin embargo hoy en día con las nuevas tecnologías tenemos el mundo en la palma de la mano y el problema no es ya documentarse, sino realizar una criba real y objetiva entre toda la polución informativa que existe sobre un mismo tema.

Ambientar “La Dama Negra” en la actual Colombia del narcotráfico y las guerrillas me costó casi dos años, y de entre todos los datos recopilados recuerdo especialmente un reportaje de Carlos Villalón titulado “Caquetá, tierra de cocaína” (National Geographic) que reflejaba la vida en ese país de forma magistral. Colombia es un paraíso en el que el blanco de las orquídeas puede fácilmente teñirse con el rojo de la sangre, donde más de 13.000 personas han sido privadas de su libertad por la fuerza desde 1996. Fue todo un reto intentar comprender ese mundo y poder así arrojar a Emma a sus selvas.

¿De dónde sacaste información tan detallada de todo el arsenal de armas que describes? 

Esta pregunta me la hacen mucho, supongo que es algo que sorprende, pero lo cierto es que todo ello se lo debo a mi padre y a su licencia de armas. En casa siempre ha habido escopetas, espadas, cuchillos e incluso preciosas ballestas de madera con las que me entusiasmaba disparar. Solía recibir revistas sobre armamento, logística y caza, algo que me parecía muy interesante y revelador. Además una de mis heroínas de la juventud, Ayla (saga “Los Hijos de la Tierra”, Jean M. Auel), utilizaba para defenderse una honda y piedras, y de algún modo me inculcó el deseo de conocer más sobre las armas y el modo de usarlas.

¿Tenías una idea en concreto de la historia y el desenlace o fue surgiendo mientras escribías?

Creo que esta es la primera vez que lo digo (y que me lo preguntan), pero dejé la novela inconclusa durante un par de años, tardé meses en poder escribir los últimos cuatro capítulos. La novela iba surgiendo bajo mis manos, seis páginas al día, ni más, ni menos, con una facilidad pasmosa, ligera y vibrante.

Pero de repente la inspiración huyó de mí, Emma se quedó flotando en el aire y yo me pregunté, antes de olvidarme de todo por completo y durante muchos meses, qué iba a ser de ella. Sin embargo un día, de repente, como suele ocurrirme a la hora de escribir, volví a sentarme en el despacho, frente al ordenador, y la historia se definió sola. Emma ya estaba lista para el final. Dicen que cada libro lleva una parte de su escritor/a...

¿Te identificas en algún sentido con Emma o alguno de los otros personajes? 

No he tenido hijos y realmente no sé lo que es sufrir como madre, pero tuve una experiencia personal muy similar a la de Emma cuando una peque de cuatro años a la que adoraba y a la que vi crecer fue atropellada junto con sus padres. Ella murió, y mi familia, antes muy unida y feliz se resquebrajó y separó, y yo tuve que enfrentarme al dilema de la muerte y el sentido de la vida sin tener clave alguna para entenderlos. Lo que sí pude comprobar es que el dolor, descarnado y cruel, es imborrable, pase el tiempo que pase. Tras casi catorce años se han ido las punzadas lacerantes, pero sigue la pena, que discurre de forma lenta y constante.

¿Qué le aconsejarías a cualquier mujer en la situación de Emma o parecida, que fuera víctima de la violencia de género?

Huye. Rompe con todo tu mundo y huye. Mi abuela soportó palizas, amenazas, brazos rotos y vergüenza durante muchísimos años, y todo por un miedo absurdo a lo que dirían los demás si se separaba de su marido. Si tu vida ya no vale nada porque la persona que tienes al lado así lo ha decidido, entonces no tienes nada que perder, y ni siquiera los hijos pueden ser un lastre. Llévatelos contigo. Desaparece.

Hoy en día, además, muchísimas asociaciones te ayudan a enmascararte y difuminarte entre la gente para que no te sigan la pista ni te encuentre, para volver a empezar, lejos de él y de su alcance.

El contenido de la novela es bastante ruda y cruel, ¿te ha afectado a la hora de escribirla?

He leído y vivido tanto este tema que prende en mí una rabia muy ciega cuando hablo de ello. Las injusticias, el maltrato, las violaciones de derechos humanos, el poder del dinero, todo ello pudre un mundo que podría ser hermoso y perfecto. Pero los seres humanos somos así, corruptores de todo aquello cuanto tocamos, y es ese convencimiento de nuestros grandísimos defectos lo que me apabulla. A veces parece una tarea titánica y totalmente inútil el luchar por una “causa justa”. Cuántas veces no habré enviado cartas y llamamientos a gobiernos y políticos para, por ejemplo, evitar que apedreasen hasta la muerte a una mujer, y luego ver, impotente, que vuelve a repetirse la escena solo unos días después. O algo que me ha puesto los pelos de punta estos días: que alguien cuelgue en internet el vídeo de un asesinato en directo en Uganda, y que no pase absolutamente nada. Creo que a cualquier persona con un ápice de humanidad le hervirá la sangre ante sucesos así.

¿Cómo entraste en el mundo de la escritura y qué obras tienes a parte de "La Dama Negra"?

Empecé a lo grande, me atreví a escribir una novela con tan solo catorce años, sobre la relación amorosa que se establecía entre un profesor y su alumno durante la dictadura de Franco. Tras semejante atrevimiento siguieron poemas y relatos, el apoyo de mis padres y maestras del colegio, y por fin, una novela titulada “El Ángel Caído”, inédita en España pero que fue semifinalista del Premio Literario Iberoamericano Territorio de la Mancha de Miami, en el año 2005.
Ese creo que fue el mayor empujón que recibí, el que más me animó a seguir adelante, y así surgieron “Arde Roma”, “La Dama Negra”, y la novela que escribo actualmente, de la que no añadiré nada por el mítico temor a gafarla.

¿Cuáles son tu autor y libro favoritos? 

Soy una gran admiradora de Alberto Vázquez-Figueroa y Anne Rice. Son géneros bastante diferentes pero igualmente atractivos a mis ojos, directos, violentos a veces, pero también reales y apasionantes. En mi biblioteca reinan autores tan dispares como Stephen King, Johanna Lindsey, León Tolstói, Fiódor Dostoyevski, Frank Herbert o Robin Cook, amén de otros muchos innumerables e igualmente importantes, entre ellos una obra que destacaré siempre es “El jinete de Bronce” de Paullina Simons, porque fue un libro que estuve tentada de estampar contra la pared, con el que me enfadé y al que dejé de lado durante semanas hasta que la curiosidad me pudo y me obligó a retomarlo. El triángulo amoroso que se forma en la historia llevó al límite mi paciencia, pero son precisamente las novelas que nos vuelven el mundo del revés y nos provocan convulsiones las que no se olvidan jamás.

¿Estás trabajando actualmente en otro proyecto?

He dado un paso hacia el “lado oscuro” y estoy inmersa en una novela de terror. Es complicado y divertido, no había intentado antes moverme en el mundo de la fantasía. Hace muchos años gané un concurso escolar con un pequeño cuento que ahora me sirve de punto de partida. Me rondaba desde hace tiempo la idea pero no conseguía darle cuerpo hasta que me senté delante del ordenador y empecé a teclear. Escribir de noche es una buena forma de meterme en el papel. Me siento orgullosa de lo que va saliendo.

¿Qué le aconsejarías a cualquier autor novel?

Que no se desanime jamás, y que sea paciente. Yo no llegué a desanimarme a pesar de las muchísimas negativas que me enviaron las editoriales a las que envié mi novela, pero intentar publicar conlleva un esfuerzo y un desgaste importantes, tanto económico como mental (es increíble cuántas veces te piden que les envíes originales en papel y adjuntes el archivo en un pen o tarjeta, como si todo ello fuese gratis).

Un pequeño éxito que me infundió valor fue quedar semifinalista en Miami, aunque también me ayudó saber que a J. K. Rowling la rechazaron multitud de veces antes de darle la oportunidad precisa, al igual que hicieron con Gabriel García-Márquez y su “Cien años de soledad”. Si incluso a ellos les negaron su preciosa valía, qué no harán con nosotros, pobre desconocidos

¿Crees que en los tiempos que corren la literatura está perdiendo importancia para la gente?

En absoluto. La literatura es nuestra particular “fuga de Alcatraz”. Cualquier persona que lee una novela espera con impaciencia poder olvidarse de las penurias de su mundo para sumergirse en algo diferente. Supone una ruptura con la realidad y es sumamente importante, al igual que el cine o la música. Cada género a su modo ejerce el mismo poder sobre nosotros: son opio para el alma. Nos ayudan a sobrellevar la carga que supone un país corrupto, envejecido y cada vez menos esperanzado. La literatura es un antidepresivo natural.

¿Ebook o papel?

Como fiel seguidora de las locas proezas de Green Peace, debería decir libro electrónico, pero lo cierto es que parte de mí, la romántica soñadora, siente un placer absoluto al abrir un libro en papel, oler sus páginas, tocar sus tapas y acomodarlo sobre un cojín para leerlo en la cama. Todo pierde parte de su encanto cuando tienes una tableta lisa en la mano, pero lo cierto es que ahorras espacio, dinero y sobre todo muchos árboles.

Y por último: En mi opinión (muy personal), por desgracia el contenido del libro hubiera merecido tanto una mejor sinopsis como una portada más llamativa... ¿fue cosa de la editorial? Porque si fue así me parece una lástima, esa novela la sacas con una portada a color y más llamativa y hubiera sido ya la releche... es sólo una observación al margen...

Pues lo cierto es que estoy de acuerdo contigo y es algo que me enfadó mucho en su momento. Yo era una absoluta pazguata en lo que a trabajar con editoriales se refiere, siempre había creído que la sinopsis debía hacerla el departamento de márketing como poco, porque es el anuncio de venta al público, al igual que la portada, que debiese haber sido diseñada por un ilustrador profesional que hubiese conocido fielmente la novela.
 Pero me encontré con que la Editorial Abecedario actuó de forma muy poco profesional, de hecho lo sigue haciendo, y tuve que entregar yo misma una portada. Yo no soy ilustradora, no sé dibujar, de modo que me quedé boquiabierta cuando me exigieron una imagen para la novela, porque ellos no iban a aportar nada. Salió en mi auxilio Gersom Espinosa Teruel, un amigo que estaba estudiando ilustración y que gratuitamente y con todo el cariño del mundo hizo un dibujo de lo que pudo. Se lo agradeceré en el alma porque de lo contrario, no sé cómo la habrían publicado, tal vez solo con el título y mi nombre. (...) Estoy pensando en buscar alguna otra editorial a la que pueda interesarle la novela, me apena mucho no por lo económico, que tampoco supone tanta pérdida (no creo que haya vendido miles de ejemplares), pero si porque ha tenido una acogida insospechada y muy buenas críticas.

EDITORIALES ¡YA SABÉIS! HAY UNA GRAN ESCRITORA BUSCANDO NUEVA EDITORIAL...



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